Por el verdadero Ratón Ayala.
Azzurri 0 - Aguzzi 0
Dos formas distintas.
Dos propuestas. Ninguna pudo prevalecer sobre la otra.
Un empate que nos fastidió.
El verde y negro, haciendo su juego físico: pelotazo y presión. Con buenos defensores, mediocampistas corredores, dos carrileros casi winnes y dos delanteros que trabajan muy bien de espaldas.
El azul intentando tener circuito de juego en el medio campo, con mucho desgaste físico y tratando de salir del pressing rival con precisión, misión imposible por momentos. El azul mentalizado para afrontar ese juego que esperábamos, atendiendo a todo lo que por arriba llegase y haciendo incapié en ganar los rebotes.
Cuando nos ubicamos en el banco de suplentes encontramos a una niña sola y temblando. Estaba viendo a su padre jugar para Ferro, pero no temblaba por eso. Necesitaba ir al baño. El lobito la acompañó, la llevó y la trajo.
Luego el goleador tuvo también otro momento. Disputó una pelota con el arquero, dejó la patita en el aire y chocó con el arquero aguzzo. Era amarilla y listo. Pero el portero tuvo una reacción desmedida y le respondió dándole patadas en el suelo al gran lobito que como un buen samaritano puso a disposición los cachetes del culo, "total ya lo expulsó" diría Agustín a los gritos. Y los azules, sorprendidos, esperaron la roja del juez al arquero, y no pasó más nada entre los equipos.
En ese momento, el éxito televisivo de hace unos años, tomó los guantes y se hizo cargo de la portería con mucha personalidad. Diego, en lugar de pedirle un autógrafo al ex gran hermano, lo amenazó con meterle un caño si le tocaba entrar.
En el primer tiempo un gran centro de Rolo le caería a Bracchia en el segundo palo, y el re editado goleador, luego de casi tres meses sin jugar, saltó a cabecear y se le fue cerca del segundo palo. Germán tiene buena técnica, cabecea bien y usa los dos perfiles. Lo estamos recuperando de la rodilla que se rompió el 5 de junio cuando hizo un gol y chocó contra el caño del arco. Jugó buenos 40 minutos. En el complemento entró el Gringuito con la misión de apretar a los zagueros para que no despejasen con facilidad. El rubio los corrió a todos y tuvo la suya que resolvió bien el arquero rival.
En el segundo tiempo, el chelo tuvo otra para abrir el arco, y finalmente Iazzetta, a quién ya le habían anulado un gol, tuvo en su pie derecho ancho el triunfo. Tomó una pelota que cayo a la altura del segundo palo y le quiso romper el arco a Aguzzi, pero le dió tanta rosca externa que se fue a la mierda.
Lalo entró faltando cinco para cabecear la última pelota del partido y la tuvo ahí, saltó y se despeinó, no pudo conectar y el Sr. Baigorria pitó el final.
Hoy no se podía. Aguzzi y Azzurri estuvieron bien parados. Cuando el hábil Rolo se fastidió y se desentendió de jugar de doble cinco ya estábamos con 4 delanteros (chelo, lobo, gringo y rolo), pero el juego no es una cuestión de meter delanteros por que sí, entonces entró Hersco por lobo a quince del final para equilibrar un mediocampo que empezábamos a perder. Y entró bien, robó y jugó y permitió a Franco no cerrarse tanto para cubrir el hueco que había producido el fastidio de Roblero (que encanutó la caja de bonobón).
No pudimos abrir la cancha, no pudimos jugar como queríamos porque el rival juega y te hace jugar.
El verde y negro, haciendo su juego físico: pelotazo y presión. Con buenos defensores, mediocampistas corredores, dos carrileros casi winnes y dos delanteros que trabajan muy bien de espaldas.
El azul intentando tener circuito de juego en el medio campo, con mucho desgaste físico y tratando de salir del pressing rival con precisión, misión imposible por momentos. El azul mentalizado para afrontar ese juego que esperábamos, atendiendo a todo lo que por arriba llegase y haciendo incapié en ganar los rebotes.
Cuando nos ubicamos en el banco de suplentes encontramos a una niña sola y temblando. Estaba viendo a su padre jugar para Ferro, pero no temblaba por eso. Necesitaba ir al baño. El lobito la acompañó, la llevó y la trajo.
Luego el goleador tuvo también otro momento. Disputó una pelota con el arquero, dejó la patita en el aire y chocó con el arquero aguzzo. Era amarilla y listo. Pero el portero tuvo una reacción desmedida y le respondió dándole patadas en el suelo al gran lobito que como un buen samaritano puso a disposición los cachetes del culo, "total ya lo expulsó" diría Agustín a los gritos. Y los azules, sorprendidos, esperaron la roja del juez al arquero, y no pasó más nada entre los equipos.
En ese momento, el éxito televisivo de hace unos años, tomó los guantes y se hizo cargo de la portería con mucha personalidad. Diego, en lugar de pedirle un autógrafo al ex gran hermano, lo amenazó con meterle un caño si le tocaba entrar.
Aguzzi no tuvo tiros al arco pero el azul hizo algunas faltas innecesarias que le permitieron al rival meter la pelota al área. Los delanteros rivales son muy buenos jugadores, es un punto alto de Aguzzi pero hoy no prosperaron. En nuestro arco debutó el Mono Trini. Un personaje que salió a cortar los centros, como buen rugbier que fue, oriundo de Nueva Zelanda, descolgó todo y salió a partir delanteros. Sacó del piso y se la pasó haciendo señas al banco de suplentes con los pulgares para arriba, donde estaba su amigo panche con el matienzo.
En el primer tiempo un gran centro de Rolo le caería a Bracchia en el segundo palo, y el re editado goleador, luego de casi tres meses sin jugar, saltó a cabecear y se le fue cerca del segundo palo. Germán tiene buena técnica, cabecea bien y usa los dos perfiles. Lo estamos recuperando de la rodilla que se rompió el 5 de junio cuando hizo un gol y chocó contra el caño del arco. Jugó buenos 40 minutos. En el complemento entró el Gringuito con la misión de apretar a los zagueros para que no despejasen con facilidad. El rubio los corrió a todos y tuvo la suya que resolvió bien el arquero rival.
En el segundo tiempo, el chelo tuvo otra para abrir el arco, y finalmente Iazzetta, a quién ya le habían anulado un gol, tuvo en su pie derecho ancho el triunfo. Tomó una pelota que cayo a la altura del segundo palo y le quiso romper el arco a Aguzzi, pero le dió tanta rosca externa que se fue a la mierda.
Lalo entró faltando cinco para cabecear la última pelota del partido y la tuvo ahí, saltó y se despeinó, no pudo conectar y el Sr. Baigorria pitó el final.
Hoy no se podía. Aguzzi y Azzurri estuvieron bien parados. Cuando el hábil Rolo se fastidió y se desentendió de jugar de doble cinco ya estábamos con 4 delanteros (chelo, lobo, gringo y rolo), pero el juego no es una cuestión de meter delanteros por que sí, entonces entró Hersco por lobo a quince del final para equilibrar un mediocampo que empezábamos a perder. Y entró bien, robó y jugó y permitió a Franco no cerrarse tanto para cubrir el hueco que había producido el fastidio de Roblero (que encanutó la caja de bonobón).
No pudimos abrir la cancha, no pudimos jugar como queríamos porque el rival juega y te hace jugar.
Fastidio.
Fastidio por proponer por abajo y llegar jugando para que un bochazo nos hiciera empezar de nuevo y no poder resolverlo.
Arriba azzurro.
Así formó: Mono; Gera, Sarmoria, Tavo, Agus, Iazzetta, Rolo, Gigli, Chelo, Lobo y Braccia // Gringo, Hersco, Lalo, Landrein, Eze, Chicho // Kopp, Panche, Giglis.
Arriba azzurro.
Así formó: Mono; Gera, Sarmoria, Tavo, Agus, Iazzetta, Rolo, Gigli, Chelo, Lobo y Braccia // Gringo, Hersco, Lalo, Landrein, Eze, Chicho // Kopp, Panche, Giglis.
