LA MARCHA AZZURRA

sábado, 28 de febrero de 2009

martes, 24 de febrero de 2009

SEGUNDO AMISTOSO PRETEMPORADA

EL VIERNES 27/2 A LAS 19.30 EN EL TORREON JUGAMOS CON LOS CHICOS DE RFC EL SEGUNDO AMISTOSO DEL AÑO.

lunes, 16 de febrero de 2009

HISTORIAS. Por Daniel Cirelli *




Los dragones
Los dragones de leyendas orientales son buenos y los de las europeas son malos.

El cielo estaba rojo, las escasas nubes blancas no eclipsaban el ardor que emanaba del colorido, al contrario, se inmiscuian contrastando como atemperadoras.
Eran tiempos lejanos, cuando el mundo nacía. Y ya había leyendas y hombres poderosos y hombres sometidos. La comarca donde se desarrolla esta historia estaba enclavada entre moderadas elevaciones del tipo serranías, y la surcaba un delgado hilo de agua color azul esmeralda, en la verde pradera.
Cada tanto aparecían en el cielo, cuidá ndose de no ser vistos, lo que ser parecían pájaros de gran tamaño, de alas muy amplias. Podrían haberlos confundido con pterodáctilos, pero no lo eran. A éstos les gustaba mirar a esos pequeños seres que crecían en cantidad y se agrupaban, fenómeno ultimamente asentuado, en dos zonas bastante demarcadas, la aledaña a una construcción de piedra, con cuatro torres unidas entre si por altas murallas y la otra, un grupo de modestas cabañas de piedra con techos de paja.
Alrededor de éstas, los individuos desarrollaban sus tareas, lo hacían en zonas donde aparentemente hacían crecer sus alimentos y otros cuidaban pequeños animales cuadrúpedos muy gordos y petisos y otros más grandes blancos y negros, también cuadrúpedos y con cuernos.
Los estaban siguiendo, por decirlo así, en su desarrollo. Temían, pues habían escuchado que decían cosas malas de ellos, que los vieran y los confundirieran con seres malvados y agresivos. Lejos estaban de eso. Al contrario, eran muy pacíficos.
Uno de ellos, el de más edad, aconsejaba a los demás no dejarse ver, no por temor, ya que eran poderosos, sino por respeto a los pequeños habitantes y el miedo que les hubiesen generado.
Vivían entre las sierras, en cuevas que ellos se habían excavado. Era cierto lo que decían, podían lanzar fuego por sus bocas. Y aunque era natural de ellos, no les impedía asombrarse de tal dote. Dominaban el deseo de emplearlo, para cuando a su juicio hiciese falta.
Cada tanto, de noche si era posible salían a volar, con mucho cuidado, sin hacer nada, que aún confusamente pudiese sustentar la leyenda de su maldad.
Cierto es que la poca gente que en algunas oportunidades los vieron, por la oscuridad, se asustó muchísimo y ante la vergüenza de no ser creídos, lo contaron entre voces, lo que generó la leyenda, que a la postre no era tal. Hubiese bastado el estrepitoso aleteo para que se espantasen.
Dentro del edificio de piedra vivía Godofredo, que decíase el Rey y dueño de todas las cosas y de las personas. Era protegido y cortejado, por gente vestida extrañamente. Parecidos a los que trabajaban afuera de las murallas, pero con trajes, y utensillos diversos, que brillaban a sol. Y que a veces se sentaban sobre unos animales más altos que los cuadrúpedos blancos y negros y aparentemente más agiles y rápidos, con los que se trasladaban.
Godofredo, aunque nunca había visto a los alados seres, conocía la leyenda y la transformó en su arma, permanentemente asustaba al pueblo, con historias de ataques inexistentes, a los que rodeaba de exagerado terror y violencia. A través de bandos, modo de comumicación de la época, los mantenía en vilo y les prometía protección, claro, si es que cumplían con lo que él les pedía, una parte de lo que trabajaban en sus tierras, o los conminaba a prestarle servicios de todo tipo, sin que se pudieran negar.
A todo esto, nuestro alado y poderoso invitado, el líder, como sus parientes, estaba cada vez más preocupado e interesado en poner en claro que la leyenda era mentira y que él y los suyos sólo querían vivir sus vidas, si podían servir en algo a alguien, con gusto, pero que los usasen para asustar, ni hablar.
Y ocurrió una vez, en la época del deshielo, a raíz de un fuerte viento que sopló una mañana, fueron arrancados de cuajo una importante cantidad de grandes árboles que al caer obstruyeron el paso del arroyo, como especie de dique natural, que inundaría con las horas sin duda las chozas de los pobladores.
Acudió ante la alarma Godofredo y en buen número, sus seguidores de rara vestimenta, e infructuosamente trataron de solucionar el problema durante varias horas sin poder conseguirlo
¡Ësta es nuestra oportunidad!. Palpitó el dragón e inmediatamente llamó a unos de sus pares, prestamente acudieron al lugar, al llegar, la gente asustada se apartó de la zona cercana a los árboles caídos, ya que ellos empezaron a sobrevolarla, cuando esto ocurrió, quedó el campo libre para que pudieran quemar los árboles con sus poderosos chorros de fuego. Y así lo hicieron.
La gente vió como gracias a esa intervención precisa y majestuosa, el agua libre de obstáculos corrió por su cauce evitando la inundación y siguió asombrada con sus ojos el sobrevolar de los dragones.
A todo esto Godofredo no cabía en si, las dudas lo acosaban, lo torturaban. ¿ Que pasaría ahora?. ¿Qué harían esas bestias enormes y despiadadas?. No tardó mucho en develarse la incógnita. El dragón bajó volando hasta estar muy cerca del piso y se mantuvo erguido aleteando justo frente a él , lo miró fijo un buen rato, y ante el estupor y el miedo, sobre todo de Godofredo quien se veía señalado por esa mirada tan especial, el poderoso Dragón encogió sus alas, como nosotros nuestros hombros, como diciendo
¿ Viste ?, permaneció lo suficiente como para que se entendiera el gesto e inmediatamente comenzó a volar hacia donde estaban sus parientes, sobrevolaron varias veces a modo de saludo a la gente y enfilaron triunfales hacia sus cuevas.

*Daniel Cirelli. Director Técnico de Fútbol. Fundador de Azzurri. Ex Dt del equipo.

jueves, 12 de febrero de 2009

PRIMER AMISTOSO

EN AREA 18, INMEDIACIONES DEL CAMPO DE DEPORTES DEL LASALLE , ESTE SÁBADO A LAS 16.30 JUGAMOS CONTRA LOS MUCHACHOS DE MONACO.

NOS JUNTAMOS 15.30 EN EL LUGAR DE ENTRENAMIENTO PARA IR JUNTOS.