Azzurri fue un equipo largo. Azzurri no pudo acomodarse al planteo rival que tuvo dos jugadores en el doble cinco con mucho toque y un enganche que bajaba a la mitad de la cancha. Mucho para correr en el medio azzurro y poco por hacer en un equipo mal parado. Muy poca razón para leer el partido o poca voluntad para corregirlo que costó caro.
Uno a cero en el primer tiempo con gol de tiro libre, dos y tres a cero en el segundo tiempo. Los tres goles fueron mérito del rival por puntería, porque al arco le pegaron siempre, y con bastante ayuda por lo dubitativo que estuvimos nosotros en las tres jugadas puntuales.
Azzurri tuvo sus tres goles errados normales antes del tres a cero, pero no alcanzaron las ganas de meterla, no alcanza si como mínimo no embocamos el rectángulo. Faltó inteligencia para jugar en bloque y para leer el partido, eso desdibujó al equipo con el correr de los minutos que parecía comerse al rival al principio y terminó impotente ante las consecuencias del juego y del campo muy abierto.
No fuimos un desastre, tampoco éramos unos fenómenos hace siete días. La irregularidad es fruto de lo que propone el rival y no tanto del estado anímico del plantel. Nos movieron la pelota lejos de nuestro arquero y cada error en la marca implicó una corrida de muchos metros.
Habrá que trabajar esas cuestiones y terminar el año lo mejor posible en la tabla. Pero las tres líneas tienen que jugar el mismo partido, con la misma idea. Cuando es así, es otro el cantar.
Se viene rutas, un partido chivo.
Así formó: andrés, gera, loza, agus, pablo; gringo, kopp, chelo, valenti; polo y cingolani.
Ingresaron: tavo, lobo, sopa.
