UN CALCO DEL PARTIDO CON LA CORUÑA EN CUANTO AL RESULTADO Y AL DESARROLLO DEL MARCADOR, A EXCEPCIÓN QUE EN ESTE DOMINGO JUGAMOS MUY MAL, TACTICAMENTE MAL, CON EL BALÓN ERRATICAMENTE, DORMIDOS Y TRASNOCHADOS, HACIENDO CONSTANTEMENTE FOULES. Y HUBO QUIZÁS UN POCO DE INDOLENCIA AL NO GANAR NUNCA LOS REBOTES O SEGUNDAS PELOTAS. UNA MAÑANA COMPLETITA.
A SALVO NOS QUEDA LA ACTUACIÓN DEL GUILLE CINGOLANI, QUE ADEMÁS CLAVÓ UN GOLAZO DE TIRO LIBRE DESDE LA DERECHA CON LA ZURDA, DESDE TREINTA METROS AL SEGUNDO PALO, AL ÁNGULO. UN JOYA DE GOL.
PARTIDO CORRECTO DEL JUEZ, BUEN ARBITRAJE. AUNQUE NO SE PODÍA IR SIN DISCIPLINAR A DOS JUGADORES QUE SE REPROCHARON VERBALMENTE UN CRUCE FALTANDO 2 MINUTOS. DOS EXPULSIONES EVITABLES Y UN TANTO RIGUROSAS. PERO YA VEMOS QUE SON SITUACIONES CLÁSICAS DE EXPULSIÓN EN LA LIGA.
EL RESULTADO FUE AZZURRI 2 - SAMPDORIA 2.
El equipo formó: Favaretto; marcolini, loza, tavo y eze; gringo, pipa y Leandro;Polo; Guille Cingolani y Lobo Marzullo. Goles: Tavo Masuelli (de cabeza) y Guille Cingolani (tiro libre).
Expulsado: Marcolini. Ingresaron: Fer, Gorrín, Franco Giordano y Gerardo.
La próxima fecha: viernes vs Excursionista (equipo de Funcho y juan pi) y domingo vs PSV
domingo, 26 de abril de 2009
jueves, 23 de abril de 2009
UN AZZURRO SACÓ SU PRIMER LIBRO
Esta es la imagen del primer libro de nuestro amigo Gabriel Cirelli.
Una novela.
Es una gran alegría compartir e invitar a quienes tengan intenciones de leer un buen libro a buscarlo en librerías de Rosario: Ross, Logos y Buchin, entre otras.
Felicitaciones Loco!
sábado, 18 de abril de 2009
EMPATE CON GLAMOUR
azzurri 2 - la coruña 2
EL AZZURRI SIGUE VIRGO, SIN PODER GANAR EN EL TORNEO.
COMENZAMOS GANANDO DOS A CERO CON GOLES DEL LOBO MARZULLO (EN DOS MANO A MANO QUE DEFINIÓ A LO CANIGGIA LUEGO DE ASISTENCIAS DE GUILLE) Y CON DOS CLARAS OPORTUNIDADES PARA CONVERTIR: UN MANO A MANO DE CINGOLANI QUE ATAJÓ EL ARQUERO Y OTRA QUE TUVO POLO QUE SE FUE POR ARRIBA. HASTA AHÍ DEMASIADA SORPRESA PARA EL RIVAL. FUE UN PARTIDO QUE SE JUGÓ FUERTE.
EN EL SEGUNDO TIEMPO ENTRE LOS 25 Y 30 MINUTOS LA CORUÑA EMPATÓ FINALMENTE CON ALGO DE FORTUNA, EL PRIMERO UN GOLAZO DEL 10 DE AFUERA DEL ÁREA AL QUE FER NO PODÍA LLEGAR NI EN MOTO Y EL EMPATE UN ZAPALLAZO QUE SE CLAVÓ EN EL ÁNGULO LUEGO DE REBOTAR EN UNA ESPALDA AZZURRA. LOS ÚLTIMOS DIEZ SE JUGARON CON DOS EXPULSIONES DE NUESTRO BANDO Y UNA DE ELLOS. EL JUEZ, COMO EN EL TORNEO PASADO (aunque habíamos perdido aquella vez dos a cero), COBRÓ TODAS PARA LA CORUÑA, AUNQUE NO FUE DECISIVO EN EL RESULTADO PERO COLABORÓ PARA METERNOS ADENTRO 80 minutos.
PUEDE SER QUE ÉL SEA MUY BUEN ÁRBITRO Y NOSOTROS SEAMOS LOS QUE DISPUTEMOS TODAS LAS PELOTAS CON FOUL, ¿QUIEN SABE?
ESTE EQUIPO DE LA CORUÑA VIENE BIEN, ES UN DURO RIVAL, DE LO MEJOR QUE HEMOS ENFRENTADO EN LAS CINCO FECHAS. POR ALGO ESTÁ SEGUNDO A UN PUNTO Y FESTEJÓ EL EMPATE, COMO ERA LÓGICO. NOSOTROS NOS FUIMOS UN POCO MAL. NO OBSTANTE DE ESTE RESULTADO, CON PILCHA NUEVA ITALIANA, SABEMOS QUE NO HAY VIRGUEZ QUE DURE TODA LA VIDA.
YA LA PONDREMOS CON SATISFACCIÓN, HABRÁ QUE DARLE CHANCES AL AZZURRI QUE ESTÁ ENCONTRANDO EL EQUIPO.
FORMACIÓN INICIAL: FER, EZE, LOZA, TAVO Y MARCOLINI, VITTA, PIPA KOPP Y VALENTI, POLO, CINGOLANI Y LOBO MARZULLO. cambios: pipa x sopa (exp), vitta (lesionado) x gera, polo x marian, lobo x mogliani, cingo x gringo. Valenti expulsado.
GRACIAS FER !
jueves, 9 de abril de 2009
Recreo futbolero, por Daniel Cirelli
La historia no cierra
El retorno a su habitat luego del hallazgo de Orion, en las “Colinas de los Dragones”, le proporcionó merecidamente a Jhon, el astrónomo, el halo de persona exitosa, el mundo científico lo agasajaba con sus mejores galas. Había pasado a ser un personaje ilustre y reconocido. Y convengamos que los reconocimientos son siempre bienvenidos. Se sentía bien.
Y en cierto modo, el éxito le generó una sensación de alivio, de crédito con si mismo, de por ejemplo, poder pensar por un tiempo en cosas que hasta ese día no había pensado, o solamente perder un poco el tiempo.
En eso estaba. Pero mucho descanso no iba a tener.
Desde el día que dejó el pueblo donde efectuó el hallazgo, lo recordaba. La forma de vida, el comportamiento de sus habitantes lo intrigaron, más allá de no haber visto mucho dadas sus ocupaciones. Pero algo raro pasaba, se olía.
Había conocido a ese grupo de amables pobladores que lo alojaron y le brindaron afecto y escuchado sus relatos, sus vivencias rodeados de gente distinta a ellos y sobre todo, se preguntaba acerca de los famosos dragones, que él, habiendo trabajado en las colinas de sus supuestas moradas, ni siquiera había visto.
Se preguntaba que pasaría con ese tirano enloquecido creyéndose dragón y reflexionó acerca de cómo el miedo, la ignorancia y la falta de creencias fundamentadas en la realidad que vive, lleva a la gente, a veces a mucha como en este caso, a estados tan confusos.
Ante su realidad sabática, decidió hacer una visita a ese poblado para ver si se le aclaraban las dudas.
Ni bien llegó a él, desprovisto de sus pertrechos, digamos a modo de turista, suscitó nuevamente la incertidumbre en los cada vez más desorientados pobladores. Por supuesto el rey-dragón se enteró por sus informantes y lanzó un gran bufido seguido de un tímido aleteo, como única respuesta. Sin fuego. Ya no era de importancia, ya nada era importante para él.
En las calles vió gran cantidad de gente disfrazada con atavíos similares a los que había adoptado su demente rey.
Llegó a casa del herrero, quien asombrado, ante tan sorpresivo arribo, y alegre, lo recibió con elocuentes gestos de placer y rápidamente organizó con sus amigos una opípara comida, que brindaron a su recién llegado e ilustre amigo.
Y luego de los inevitables comentarios referidos a los logros científicos de Jhon, Rupert el herrero preguntó a que se debía su regreso, a lo cual Jhon, contestó que entre otras cosas se había sentido atraído por las intrigas que se vivían y que le gustaría si se podía, aclararlas y por ejemplo, ver que pasaría con la creciente ola de “hombres y mujeres dragones” que disfrazados y ya convencidos de serlo, habitaban ese pueblo. Ni mencionó los dragones, su gran intriga.
Para los demás, el golpe era duro, su amado Godofredo, su mentor creía ser un hombre-dragón, qué menos podían hacer ellos que copiarle como siempre habían hecho, sin ni siquiera reflexionar. Y por allí andaban dando risa y temor a la vez, a los que todavía quedaban fuera de esa insana manía. ¿Hasta donde llegaría esta locura?
-Uds. vieron alguna vez los dragones- preguntó Jhon abrupta e inesperadamente.
Rupert miró a Roth, el panadero, a Steve el carpintero y a los demás presentes y luego de un intercambio de miradas cómplices, respondió - No.
- Y entonces. ¿Cómo se explica lo que pasa, lo que se dice que pasó? Repreguntó John.
Revivieron en el relato, la “aparición” del supuesto dragón enfrentando a Godofredo, ellos habían visto otra cosa, en realidad, dijeron, lo que apareció entre emanaciones sulfúricas, propias de la zona, fue un gran águila, que habita junto a otras en las colinas y que esos gases enrarecidos, más el pánico en el que vivían sumergidos, habían hecho el resto. Recordó no haber visto ni un solo águila tampoco en aquellos tiempos.
Al desatarse el viento que arrastró los árboles y embalzó el arroyo, ellos cazaban en los bosques cercanos. Vieron llegar a Godofredo y los pobladores a resolver el inconveniente, y luego de los infructuosos intentos de éstos, a lo largo de horas, decidieron intervenir ellos. Inmediatamente arrojaron varias de sus flechas con puntas encendidas con fuego a los troncos, previamente rociados por ellos con aceite combustible y produjeron el incendio que los seguidores de Godofredo adjudicaron al supuesto dragón y el posterior desbloqueo de la corriente de agua.
Seguramente ante tanta fatiga, temor, emanaciones gasíferas aspiradas tantas horas, confundieron al águila con el temido dragón y así lo creyeron, lo divulgaron y se atemorizaron. Era la explicación que ellos tenían.
Científicamente era inconsistente la existencia de dragones y la otra explicación era extraña, aunque creíble. Pero…..
Decidió ir solo, a inspeccionar detenidamente la zona donde supuestamente habitarían las aves en cuestión, dragones, águilas o lo que fuesen. Al atardecer volvió a la posada donde se alojaba habiéndole dicho a sus amigos que descansaría.
Muy por el contrario salió a escondidas hacia las colinas. Al llegar comenzó a investigar minuciosamente el lugar.
Recogió sensaciones más que pruebas, analizó los alrededores, esperó pacientemente escondido durante horas. Y nada.
Ni dragones, ni águilas. Nada. Sin que lo notara era seguido atentamente por dos grandes ojos. Su dueño también esperaba en silencio y vigilaba.
Decidió moverse, buscó algún nido, rastros de desechos, nada. A las horas ya cansado y sin pruebas ciertas, decidió volver.
Ciertamente, era muy difícil que existieran los dragones, pero más difícil aún era que en ningún momento hubiese aparecido ningún águila, saliendo de sus cuevas a buscar alimento, a volar tan sólo.
El misterio seguía, el relato de sus amigos tampoco tenía sustento, de las águilas ni rastros, de los dragones tampoco.
Al darle la espalda al lugar para alejarse, sintió como si un gélido aliento lo persiguiera, giró para ver, nadie. Nada contó a sus amigos del pueblo. Algo no le cerraba en todo esto. Sus amigos eran buena gente sin duda, pero ¿Le habrían dicho la verdad?
La ausencia de las águilas, y lo de las flechas incendiarias……………..
En las calles seguían los dementes pobladores creyéndose dragones, el rey seguía sin reinar, y no había ningún gobernante ¿o si?
¿Sería ésta la nueva manera en que vivirían en este condado?
A la cena, apesadumbrado por tantas dudas que disimuló frente a sus amigos, no habló del tema. Pensando en el giro que había tomado su vida, corriendo detrás de estas intrigas. Esto recién empezaba, se dijo. Sus amigos lejos de sospechar en lo que le ocurría a Jhon, siguieron el banquete, con comentarios alegres y estruendosas risas como fondo.
Pensaron, esto sigue como lo habíamos planeado, nuestro amigo no se ha dado cuenta de nada.
El voyeur, en su escondite, pensó, todo sigue en marcha, no ha podido descubrir nada. Mejor así. Pensamiento éste emparentado con el del herrero y sus amigos…………………
El retorno a su habitat luego del hallazgo de Orion, en las “Colinas de los Dragones”, le proporcionó merecidamente a Jhon, el astrónomo, el halo de persona exitosa, el mundo científico lo agasajaba con sus mejores galas. Había pasado a ser un personaje ilustre y reconocido. Y convengamos que los reconocimientos son siempre bienvenidos. Se sentía bien.
Y en cierto modo, el éxito le generó una sensación de alivio, de crédito con si mismo, de por ejemplo, poder pensar por un tiempo en cosas que hasta ese día no había pensado, o solamente perder un poco el tiempo.
En eso estaba. Pero mucho descanso no iba a tener.
Desde el día que dejó el pueblo donde efectuó el hallazgo, lo recordaba. La forma de vida, el comportamiento de sus habitantes lo intrigaron, más allá de no haber visto mucho dadas sus ocupaciones. Pero algo raro pasaba, se olía.
Había conocido a ese grupo de amables pobladores que lo alojaron y le brindaron afecto y escuchado sus relatos, sus vivencias rodeados de gente distinta a ellos y sobre todo, se preguntaba acerca de los famosos dragones, que él, habiendo trabajado en las colinas de sus supuestas moradas, ni siquiera había visto.
Se preguntaba que pasaría con ese tirano enloquecido creyéndose dragón y reflexionó acerca de cómo el miedo, la ignorancia y la falta de creencias fundamentadas en la realidad que vive, lleva a la gente, a veces a mucha como en este caso, a estados tan confusos.
Ante su realidad sabática, decidió hacer una visita a ese poblado para ver si se le aclaraban las dudas.
Ni bien llegó a él, desprovisto de sus pertrechos, digamos a modo de turista, suscitó nuevamente la incertidumbre en los cada vez más desorientados pobladores. Por supuesto el rey-dragón se enteró por sus informantes y lanzó un gran bufido seguido de un tímido aleteo, como única respuesta. Sin fuego. Ya no era de importancia, ya nada era importante para él.
En las calles vió gran cantidad de gente disfrazada con atavíos similares a los que había adoptado su demente rey.
Llegó a casa del herrero, quien asombrado, ante tan sorpresivo arribo, y alegre, lo recibió con elocuentes gestos de placer y rápidamente organizó con sus amigos una opípara comida, que brindaron a su recién llegado e ilustre amigo.
Y luego de los inevitables comentarios referidos a los logros científicos de Jhon, Rupert el herrero preguntó a que se debía su regreso, a lo cual Jhon, contestó que entre otras cosas se había sentido atraído por las intrigas que se vivían y que le gustaría si se podía, aclararlas y por ejemplo, ver que pasaría con la creciente ola de “hombres y mujeres dragones” que disfrazados y ya convencidos de serlo, habitaban ese pueblo. Ni mencionó los dragones, su gran intriga.
Para los demás, el golpe era duro, su amado Godofredo, su mentor creía ser un hombre-dragón, qué menos podían hacer ellos que copiarle como siempre habían hecho, sin ni siquiera reflexionar. Y por allí andaban dando risa y temor a la vez, a los que todavía quedaban fuera de esa insana manía. ¿Hasta donde llegaría esta locura?
-Uds. vieron alguna vez los dragones- preguntó Jhon abrupta e inesperadamente.
Rupert miró a Roth, el panadero, a Steve el carpintero y a los demás presentes y luego de un intercambio de miradas cómplices, respondió - No.
- Y entonces. ¿Cómo se explica lo que pasa, lo que se dice que pasó? Repreguntó John.
Revivieron en el relato, la “aparición” del supuesto dragón enfrentando a Godofredo, ellos habían visto otra cosa, en realidad, dijeron, lo que apareció entre emanaciones sulfúricas, propias de la zona, fue un gran águila, que habita junto a otras en las colinas y que esos gases enrarecidos, más el pánico en el que vivían sumergidos, habían hecho el resto. Recordó no haber visto ni un solo águila tampoco en aquellos tiempos.
Al desatarse el viento que arrastró los árboles y embalzó el arroyo, ellos cazaban en los bosques cercanos. Vieron llegar a Godofredo y los pobladores a resolver el inconveniente, y luego de los infructuosos intentos de éstos, a lo largo de horas, decidieron intervenir ellos. Inmediatamente arrojaron varias de sus flechas con puntas encendidas con fuego a los troncos, previamente rociados por ellos con aceite combustible y produjeron el incendio que los seguidores de Godofredo adjudicaron al supuesto dragón y el posterior desbloqueo de la corriente de agua.
Seguramente ante tanta fatiga, temor, emanaciones gasíferas aspiradas tantas horas, confundieron al águila con el temido dragón y así lo creyeron, lo divulgaron y se atemorizaron. Era la explicación que ellos tenían.
Científicamente era inconsistente la existencia de dragones y la otra explicación era extraña, aunque creíble. Pero…..
Decidió ir solo, a inspeccionar detenidamente la zona donde supuestamente habitarían las aves en cuestión, dragones, águilas o lo que fuesen. Al atardecer volvió a la posada donde se alojaba habiéndole dicho a sus amigos que descansaría.
Muy por el contrario salió a escondidas hacia las colinas. Al llegar comenzó a investigar minuciosamente el lugar.
Recogió sensaciones más que pruebas, analizó los alrededores, esperó pacientemente escondido durante horas. Y nada.
Ni dragones, ni águilas. Nada. Sin que lo notara era seguido atentamente por dos grandes ojos. Su dueño también esperaba en silencio y vigilaba.
Decidió moverse, buscó algún nido, rastros de desechos, nada. A las horas ya cansado y sin pruebas ciertas, decidió volver.
Ciertamente, era muy difícil que existieran los dragones, pero más difícil aún era que en ningún momento hubiese aparecido ningún águila, saliendo de sus cuevas a buscar alimento, a volar tan sólo.
El misterio seguía, el relato de sus amigos tampoco tenía sustento, de las águilas ni rastros, de los dragones tampoco.
Al darle la espalda al lugar para alejarse, sintió como si un gélido aliento lo persiguiera, giró para ver, nadie. Nada contó a sus amigos del pueblo. Algo no le cerraba en todo esto. Sus amigos eran buena gente sin duda, pero ¿Le habrían dicho la verdad?
La ausencia de las águilas, y lo de las flechas incendiarias……………..
En las calles seguían los dementes pobladores creyéndose dragones, el rey seguía sin reinar, y no había ningún gobernante ¿o si?
¿Sería ésta la nueva manera en que vivirían en este condado?
A la cena, apesadumbrado por tantas dudas que disimuló frente a sus amigos, no habló del tema. Pensando en el giro que había tomado su vida, corriendo detrás de estas intrigas. Esto recién empezaba, se dijo. Sus amigos lejos de sospechar en lo que le ocurría a Jhon, siguieron el banquete, con comentarios alegres y estruendosas risas como fondo.
Pensaron, esto sigue como lo habíamos planeado, nuestro amigo no se ha dado cuenta de nada.
El voyeur, en su escondite, pensó, todo sigue en marcha, no ha podido descubrir nada. Mejor así. Pensamiento éste emparentado con el del herrero y sus amigos…………………
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